Cambios de agua del acuario de agua dulce
1. ¿Por qué son importantes los cambios de agua en el acuario?
Los cambios de agua permiten reemplazar una parte de agua “sucia” por un volumen equivalente de agua limpia, reduciendo de esta manera las concentraciones de sustancias tóxicas en el tanque. En un acuario maduro (el que lleva tiempo montado con las colonias de bacterias filtrantes asentadas en filtros y fondo), los nitratos y los fostatos son los dos principales contaminantes que se van acumulando con el paso del tiempo, (ya que en un acuario maduro y poco poblado de peces y sin sobrealimentarlos, el amoníaco por ejemplo se descompone en nitritos por la acción de las nitrosomas y luego en nitratos por la acción de las nitrobacterias).
Los primeros se vuelven tóxicos en altas dosis para los peces (aunque se supone que una exposición prolongada a concentraciones moderadas tendrán a la larga también un impacto negativo en la salud de los peces, en particular sobre su crecimiento y reproducción), los segundos no siendo tan tóxicos permiten el rápido desarrollo de las algas. Por ello los cambios de agua son esenciales para los peces, pero también para guardar bajo control las sustancias susceptibles de acelerar el crecimiento de las algas en el acuario.
Otro de los motivos de los cambios de agua es de reducir la concentración de otras sustancias (como las sales que se van depositando al adicionar productos para ajustar el PH del agua) que puedan afectar a la dureza del agua y también aprovechar estos cambios para absorver mediante un sifón parte de los desechos aposentados en el fondo.
Podemos necesitar realizar un cambio parcial de agua en acuarios poco maduros o desequilibrados como medida de emergencia ante unas concentraciones elevadas de nitritos y amoníaco pero antes de realizarlo deberemos tener mucho cuidado con el nivel de PH. Más adelante abarcaremos este aspecto.
2. ¿Cómo eliminar el cloro del agua y los metales pesados?
Para ello emplearemos la dosis adecuada de acondicionador de agua específico para acuarios, que hemos de mezclar con el agua de reemplazo y que eliminará el cloro, el cual es muy perjudicial para los peces y las bacterias útiles del sistema de filtración. Algunos acondicionadores proveen además de ciertos extractos de plantas para disminuir el estrés de los peces.
3. ¿Hay que cambiar toda el agua de una sola vez?
Nunca se debe realizar un cambio total del agua del acuario. Así como los cambios de agua de volúmenes razonables y regulares tienen un efecto positivo sobre los peces y sobre el acuario en general, los cambios de agua demasiado bruscos, resultan muy estresantes para los peces ya que se variará de forma notable la composición química del agua y podrán causar también la aparición de enfermedades(las defensas inmunitarias de los peces se debilitan por el estrés). Los cambios de agua deben ser siempre parciales y efectuados con un agua con la misma temperatura que la del acuario.
Los cambios de agua con una temperatura demasiado fría favorecen el desarrollo de la enfermedad del punto blanco en los peces. Con la ayuda de un termómetro verificad la temperatura del agua.
Es siempre recomendable realizar cambios de agua de poco volumen pero más a menudo que cambios con mucho volumen y más espaciados en el tiempo. La mayoría de acuarófilos realizan un cambio de agua semanal o cada 15 días. La proporción de agua a renovar depende del tamaño del acuario, del número y tipo de ocupantes (peces y plantas) y de la calidad del sistema de filtración. Es muy difícil de dar una cifra pues cualquier acuario es único y particular pero, a título orientativo, un cambio de agua del 15% al 30% por semana o cada quince días para un acuario de dimensiones modestas (de 75 a 140 litros) y razonablemente poblado, sería adecuado. La cantidad de agua renovada es en principio proporcionalmente más importante en un acuario pequeño que en un tanque más grande. Añadiremos que cuanto más frecuentes sean los cambios de agua, menor será la importancia de la cantidad de agua.
4. ¿Cómo limpiar la esponja del filtro?
Los cambios de agua son la ocasión ideal para el mantenimiento del acuario (limpiar los cristales, verificar el buen funcionamiento del equipamiento, etc) y si es necesario, limpiar la esponja del filtro (o todo el cartucho filtrante).
La limpieza de la esponja se debe realizar cuando ésta comience a estar saturada (podemos notar incluso una bajada en el flujo de agua que sale del filtro). No utilizaremos agua directamente del grifo para lavar el filtro, pues el agua del grifo como ya hemos visto contiene cloro que matará multitud de bacterias indispensables para la filtración del agua.
Emplearemos un poco de agua del acuario en u
na cubeta para lavarlo. La esponja por lo general no es necesario cambiarla a no ser que se deteriore (suele durar meses o años), lo que si es buena idea, el cortarla por la mitad y cuando realices la limpieza del filtro limpia solo una mitad y a la vez siguiente la otra mitad. De esta forma te aseguraras de que tu sistema de filtración mantenga una colonia grande de bacterias que sigan constantemente filtrando el agua del acuario.
5. La importancia de los cambios de agua durante el ciclo del nitrógeno.
Después de una nueva instalación del acuario el ciclo del nitrógeno tardará en ponerse en marcha durante las primeras semanas después del llenado con agua. Durante estas semanas (digamos 3 o 4 semanas) el número de bacterias en el filtro y en el fondo del acuario es bajo y aparecerán en el agua dos sustancias muy tóxicas para los peces que irán incrementando su concentración: el amoníaco y los nitritos. Durante estas primeras semanas será necesario efectuar cambios de agua frecuentes para disminuir la concentración de estas sustancias. Pasado este período, el ciclo del nitrógeno estará establecido y equilibrado gracias a la acción de millones de bacterias filtradoras en el filtro y los cambios de agua podrán realizarse a un ritmo más normal. Mi recomendación, es que no introduzcas ningún pez o que sean muy pocos durante este período.
6. Importancia del PH en los cambios de agua del acuario.
Deberemos siempre comprobar los niveles de amoníaco(NH3) e ión-amonio (NH4+) en el acuario (los test de amoníaco para acuario darán como resultado la suma de los dos) y también el PH del agua del acuario.
En el caso de nuevas instalaciones de acuarios (acuarios jóvenes o inmaduros) o en acuarios muy poblados de peces o sobrealimentados (mucha comida en el fondo descomponiéndose) la concentración total de amoníaco y nitritos puede ser elevada, pero resulta que si el PH está bajo (muy ácido) y realizamos un cambio de agua con un PH mayor el PH total del agua subirá y los iones amonio presentes en el agua y antes en equilibrio con el amoníaco disuelto, producirán mucha más cantidad de amoníaco, con lo que observaremos posiblemente la muerte repentina de muchos peces.
Así pues, si tenemos un ph por debajo de 7 y una concentración de amoníaco y amonio de entre 0,2 y 0,5 mg/l tendremos que ser cautos con los cambios de agua.
Si estamos en esta situación, procederemos de la siguiente manera:
Adquiriremos en nuestra tienda especializada una ampolla neutralizante del amoníaco para reducir un poco la concentración. Procuraremos no alimentar en exceso a los peces. Volveremos a medir los niveles de amoníaco y si han descendido haremos un cambio parcial de agua con el mismo PH que la del acuario. Un vez estabilizados los niveles de amoníaco y nitritos podremos poco a poco subir el ph del agua. De darse muchas bajas por altas concentraciones de amoníaco y nitritos puede resultar como medida drástica un cambio total del agua del acuario pero los peces han de ser aclimatados muy poco a poco pudiéndose producir más bajas (puede resultarte útil: Adquisición y aclimatación de los peces para su introducción en el acuario).
En resumen, más vale prevenir que currar: pocos o ningún pez durante el período de maduración del acuario.